Me llamo Silvina Frucella y soy una de las fundadoras de la Coordinadora Vecinal Metropolitana AireNet, aunque escribo esta carta, reflexión o denuncia, en nombre propio, como ciudadana.
En estos días me ha tocado, como a tantos, vivir el cierre de la Playa del Litoral en Sant Adriá de Besós por la presencia de metales pesados e hidrocarburos en su arena. Y me ha tocado vivir de cerca la desazón de los vecinos que denunciaron esta contaminación a la Fiscalía de Medioambiente y recibieron la noticia de que su denuncia había sido archivada y no sería investigada. Al mismo tiempo, he sido testigo a través de las redes sociales, del júbilo que esta decisión de la Fiscalía ha generado en algunas personas cercanas a la función pública (concretamente, algunos funcionarios o exfuncionarios del Ayuntamiento de Sant Adriá, entre los que se encuentra el ex alcalde Joan Callau; simpatizantes y miembros del partido político gobernante PSC y defensores del pasado gobierno de Cataluña): este “revés“ ciudadano los ha hecho sentir victoriosos, poderosos, reafirmados en sus políticas y en sus acciones. Hasta han presumido de transparencia, responsabilidad y proactividad y se han felicitado entre ellos.
La justicia es justa a veces y no tanto otras; no soy quién para decir cuál es el caso en esta situación. Las denuncias, algunas veces prosperan y otras no, y las razones de esto son variadas. Una denuncia puede ser desestimada por inexistencia de delito según quién la evalúa, por no contar con suficientes evidencias o por ofrecer un enfoque no adecuado para sugerir la ilegalidad.
Alguna vez, alguien a quien considero un gran consejero, me explicó que el delito ecológico es muy difícil de probar: debería poder demostrarse que una acción específica (la acción denunciada) ha generado un perjuicio que sólo esa acción podría haber generado. ¿Se imaginan ustedes lo difícil que sería, en el caso de una zona industrial y transitada por coches, como lo es y lo ha sido Sant Adriá, demostrar la consecuencia específica de una única acción en nuestra salud y en el medioambiente?
No me anima a escribir el desentrañar la trama que generó la contaminación de la playa de Sant Adriá. Si tuviera que buscar una razón para escribir, diría que me anima el estupor, el asombro. Me asombra ver las felicitaciones hacia ex y actuales funcionarios del gobierno de Sant Adriá, de la Generalitat de Cataluña y otros, cual si se tratara de un partido Barça-Real Madrid, como si no estuvieran en juego la salud de las personas, nuestros niños, el mar y la playa de todos.
Será o no será delito, pero me apenan, me avergüenzan las felicitaciones:
¿Felicitamos a la Generalitat de Catalunya y a la Agencia Catalana de Residuos, que sabían desde hacía años que, a 80 cm de profundidad, en la playa del Litoral, había contaminación cancerígena y no hicieron nada por remediar la situación? (tengamos en cuenta que la Agencia Catalana de Residuos es la responsable de dictaminar las medidas de descontaminación de cualquier territorio contaminado en Cataluña).
¿Felicitamos a la Generalitat de Catalunya por no haber controlado la obra de instalación del cable submarino y los movimientos de tierras en la playa contaminada? ¿o por no haberse asegurado de que la obra contara con una dirección ambiental, como lo exige la normativa? (No, no hubo dirección ambiental en la obra del cable… pero la Agencia de Residuos, una vez destapado el escándalo de contaminación, consideró esta omisión apenas una infracción menor).
¿Felicitamos a la Sra. Ruth Soto, regidora de medioambiente en el Ayuntamiento de Sant Adriá de Besós, por haber dado licencia urbanística para llevar a cabo la obra del cable, a pesar de contar en sus manos con un informe técnico del Consorcio del Besós que le advertía que las tierras estaban contaminadas y que cualquier movimiento de estas podría llevar la contaminación a la superficie?
¿Felicitamos, nuevamente, a la regidora Soto por ser testigo de los movimientos de tierras contaminadas sin protección alguna ni para trabajadores ni para vecinos y NO MOVER UN DEDO para evitarlo? ¿o por haber contemplado cómo esas tierras contaminadas se acumulaban, también sin protección, en zonas utilizadas por vecinos y familias, para pasear o hacer deporte y no hacer nada porque “no era su competencia”?
¿Felicitamos a la regidora Soto y al ex alcalde Callau, por NO haber COMPARTIDO con la oposición ni con la ciudadanía el INFORME TÉCNICO que advertía de la contaminación de las tierras y los riesgos de removerlas?
¿Seguimos felicitando a la regidora Soto por no informar siquiera al equipo de gobierno acerca de la contaminación de esta playa y permitir que se hicieran actividades de todo tipo, incluso con niños, en una playa que sabía contaminada? (la Escola Catalunya implementó, durante el mes de mayo de 2021, un programa de actividades infantiles en la playa para P3 y P5, el cual incluía jugar con arena, diferenciar los distintos tipos de arena, soplar arena para ver si el viento movía las arenas secas y las mojadas, etc.) https://agora.xtec.cat/escolacatalunyasantadria/general/sortida-a-la-platja/ Recordemos que el informe de la empresa TECSOL advertía específicamente que el usuario infantil era especialmente vulnerable a la contaminación de esta playa.
¿Felicitamos al Ministerio de Transición Ecológica por ser el responsable de todas las playas del estado español, pero no hacerse cargo de ninguna?
¿Felicitamos, en definitiva, a los gobernantes de Cataluña, de Sant Adriá y de España, por haber puesto en riesgo la salud pública y no haber dispuesto de medio alguno para evitarlo? ¿o por no haber aplicado el principio de precaución, que establece la salud pública como prioridad uno, en cualquier situación de posible riesgo?
Este pretender invisibilizar los problemas ambientales son una forma de violencia inaceptable en los tiempos actuales. Sant Adriá de Besós ha sido, por décadas, una zona de sacrificio: la salud, sacrificada en favor de los intereses económicos de las empresas que la pueblan y la han poblado, con la connivencia de gobernantes y funcionarios.
Administraciones de todos los niveles (local, regional y estatal) tuvieron su cuota de poder y de responsabilidad en esta situación: ninguna actuó en defensa de la salud. La contaminación de la playa de Sant Adriá podría ser una situación más de las muchas similares que existen hoy en el país, pero la omisión, la dejadez y la pasividad de los responsables convierten este episodio en una muestra inequívoca de que el sistema político que tenemos no está a la altura de los desafíos actuales y de que muchos de los funcionarios que nos gobiernan harían un gran bien dejando sus puestos a quienes quieran y puedan comprometerse con la ciudadanía y con el medioambiente.
Nota: la Coordinadora Vecinal Metropolitana AireNet, junto a una decena de entidades vecinales y ecologistas estudia la presentación de una denuncia por delito contra la salud pública por la contaminación de la Playa del Litoral.
Estamos trabajando en la recopilación de información y evaluando caminos posibles en defensa de los derechos de la ciudadanía.
Silvina Frucella, presidenta de la Coordinadora Vecinal Metropolitana Airenet.